viernes, 2 de julio de 2010

El puente es el corazón...




Nuestros hijos, esos locos bajitos de los que hablaba Serrat. Con su llegada cambian nuestras prioridades, nuestro plan de futuro, nuestra vida. Asumimos nuevas responsabilidades y nace en nosotros un sentimiento nuevo, la paternidad o maternidad. Biológicos o adoptados, con o sin historia anterior, iguales en derechos y diferentes todos entre sí.
Ante nosotros un gran reto, darle a cada uno de ellos lo que vaya precisando según sus necesidades, éstas van a ser distintas para cada uno de ellos, porque cada uno de ellos es único, como lo somos cada uno de nosotros. Y el punto de encuentro entre todos: el amor, el corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario