Estos días es noticia la expulsión de Francia de ciudadanos de la Unión Europea, Rumanos y Búlgaros. Rumanía y Bulgaria forman parte de la UE desde 2007, los paises miembros según la legislación europea durante un periodo máximo de siete años pueden restringir el derecho de libre circulación de trabajadores. Aunque la noticia sale a la luz ahora, el año pasado fueron expulsados de Francia más de 9000 Rumanos y Búlgaros. Parece ser que ahora al Gobierno Francés no le importa, o le interesa incluso, que se sepa. El Gobierno Francés dice que el retorno es voluntario, y se les hace entrega de un billete de avión y 300 euros por persona, pero en cambio, a la hora de justificarse, habla de seguridad, aunque si fueran éstas las razones, o pudiesen ser demostradas, existe la posibilidad de restricción del derecho a la libre circulación en la legislación de la UE.
El problema es que los pobres molestan, son antiestéticos, afean el paisaje urbano, generan temor, y si son nuestros nos los tenemos que comer con papas, pero si podemos darles el pasaporte, se lo damos, alegando cualquier excusa. Y es un problema de todos, no vayamos a pensar que somos mejores que nadie. El Gobierno Frances lo hace ahora, el Gobierno de Italia lo hizo a finales del 2007. Las organizaciones de megaeventos como Olimpiadas o Exposiciones Internacionales, han venido precedidas de expulsiones, reubicaciones y traslados forzosos de personas con pocos recursos, mendigos, etc. Este informe de la Asamblea de Naciones Unidas de hace tan sólo 8 meses, da prueba de ello.
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